EL NACIONALISMO Y EL CIUDADANO
La crisis económica en los países especialmente del sur de Europa ha traído tras de sí una crisis de valores y un esclarecimiento de los manejos anquilosados y muchas veces corruptos de una clase política al servicio de la clase económica. Sí, estamos hablando de la casta.
Es en este contexto donde podemos situar el nacionalismo, especialmente pujante en estos días es el nacionalismo catalán con sus ansias de independencia. Evidentemente, la crisis de económica y de valores ha ayudado al auge del apoyo al nacionalismo desde los ciudadanos.
Realmente esto le ha venido muy bien a la casta catalána casta ahogada por su propia corrupción y una deuda incapaz de afrontar. El argumento de que la culpa de todo la tiene España, más en concreto Madrid y más en histórico Castilla, les da una coartada extraordinaria. De tal forma que el debate político y la campaña electoral ya no tiene que centrarse en los problemas económicos o sociales del ciudadano. No es necesario… No hay nada mejor que encontrar un demonio para que la gente lo siga ciegamente…
Al menos eso ha funcionado hasta ahora…
Es increíble observar como el debate nacional también se basa en esas emociones y la respuesta de los partidos de izquierdas es generalmente que sí, que tienen derecho a decidir aunque los queremos en España. Nuevamente se apela a las emociones. Incluso “Podemos” que tiene un discurso distinto parece perderse dando vueltas a esos sentimientos y entrando en un debate nacionalista que consideramos falso para los ciudadanos.
Falso porque extravía al ciudadano hacia un campo dialéctico imaginario donde no se pone en juego la realidad económica y social, la realidad de la casta catalana, la realidad de que se trata de una lucha por el poder que no tiene nada que ver con el ciudadano…
Pero gracias a las emociones se nos despista…
Nuestra intención al escribir estas líneas es poner en juego una línea dialéctica más clara para el ciudadano, clara y menos emocional…
En esta ocasión, no nos meternos con las connotaciones históricas que tienen ciertos nacionalismos europeos donde no destaca precisamente su aportación progresista e igualitaria.
Tampoco nos meteremos sobre las realidades históricas del nacionalismo catalán, unas realidades a veces falseadas para producir emociones nacionalistas. Recordemos que históricamente Cataluña nunca fue un reino independiente y que después de los carolingios, vinieron los condados, condados unidos posteriormente a la Corona de Aragón.
Tampoco nos queremos parar excesivamente en la manipulación del sentimiento nacionalista, una manipulación que pasa por la necesidad de buscar una identidad imaginaria donde refugiarse.
Lo que realmente le importa al ciudadano saber es que el nacionalismo es una pelea que no es la de él. El nacionalismo está basado en peleas de condes, reyes, nobles y eclesiásticos, no en la pelea del ciudadano. El problema no es que el conde o presidente sea catalán o castellano. El problema es que tanto uno como otro pertenezcan a una casta que va más allá de la ideología, una casta asentada en un poder económico concedido por las grandes empresas y multinacionales.
¿Pero de qué nacionalismo nos hablan? El poder de esta casta no es de interés nacional, con ello nos engañan. El poder de la casta es de interés particular para la propia casta.
Hoy en día las empresas están en todos los sitios que sean baratos, les da lo mismo el país. Sí, son esas mismas empresas que dan cobertura económica, antes o después a nuestros políticos casposos…
Y después quieren que nos peleemos por estar sometidos a un conde catalán o castellano.
No creo en los nacionalismos como tampoco creo en las patrias. Creo en las realidades que veo… Ciudadanos de todo el mundo pasando hambre y soportando desgracias: niños españoles, africanos jugándose la vida por llegar a Europa, negros jodidos en EE.UU. (excepto los que tienen pelas claro), colectivos como el de mujeres o gays reprimidos, etc…
Y al lado de ello, la casta jugando a ver quién se lleva más dinero, bancos especulando con la deuda y con el hambre, políticos hipócritas, etc…
Por favor, no nos engañen más con el nacionalismo…
J.C.P.
INUPSI
Estoy de acuerdo en gran parte del artículo, pero no estoy de acuerdo en los datos históricos que justifican que no exista el nacionalismo catalán. Soy catalán y puedo asegurar que el sentimiento nacionalista es algo que se ha gestado a lo largo de toda la historia. El condado al que se alude tenía ya la categoría de reinado y destacaba un sentimiento unificador e independentista catalán.
Por otra parte, ello no quiere decir que sea independentista y estoy de acuerdo que los políticos actuales nos guían en una dirección equivocada. Se trata de una lucha del ciudadano. Es por ello que creo que un partido como Podemos puede ocupar ese espacio donde de lo que se trate es de hacer una política social.
Yo soy andaluza y vivo en Igualada, una ciudad industrial cerca de Barcelona, llevo más de veinte años. He vivido tanto la discriminación española al idioma catalán como la discriminación catalana a los castellanos y especialmente a los andaluces. Creo por eso que tengo derecho a opinar. Mi opinión es que todo esto no deja de ser un problema localista y engañoso porque veo que lo importante es la injusticia social, causada por catalanes y españoles, causada por los poderes económicos. A eso hemos llegado. Ya nos engañaron suficientemente con las naciones, eso no es lo importante. Lo importante es que los que nos someten son otros, no las naciones. Quizás ahora se puedan cambiar algo las cosas.