Nada mejor para entenderlo que la historia. Un suceso ejemplar fue el hundimiento del mercado holandés en 1613, quizás el mayor de la historia de valores. Curiosamente, en este primigenio hundimiento, el objeto de la inversión no eran acciones ni opciones, eran bulbos de tulipán.

En 1559, el canciller Herwart plantó en su jardín de Ausburgo, Alemania, unos bulbos de tulipanes que le envió un amigo de Constantinopla. Este fue, según los escritos de la época, el probable origen de una moda entre las casas adineradas de Alemania y Holanda.

Otro Factor importante: En este caso, no se trataba de conseguir riqueza efectiva, se trataba de acumular prestigio, se trataba de la imitación del canciller porque tenía poder y prestigio… Por tanto, era ambición de poder, envidia y en el fondo, lo que se ponía en juego es la creencia de que el secreto del bienestar, del prestigio y del goce lo tenía el canciller…

 Esto conecta con la sociedad actual, donde se promete siempre el goce total y ahí juega un papel importante la bosa como objeto de consumo en sí mismo, consumo de goce…

 Pero sigamos. En Holanda arraigó la costumbre de encargar directamente los bulbos a Constantinopla y los precios comenzaron a subir de una forma desmesurada. La situación llegó al punto que en el año 1634, existen escritos que lo atestiguan, entre la clase acaudalada se consideraba de mal gusto no disponer de una colección de tulipanes.

El ciclo de los tulipanes duró unos cuantos años y se llegó, en plena burbuja tulipanesca, a pagar por el Semper Augustus (una rara especie)  4600 florines, un carruaje nuevo y dos yeguas con atalajes y arneses. Tengamos en cuenta que en aquella época un buen buey costaba 120 florines.

En 1636, la demanda de bulbos de tulipán era tan abundante que se empezaron a negociar en las bolsas de valores holandesas. En ese momento, los tulipanes pasaron a ser negociados por agentes y especuladores. Ello provocó además acumulación por parte de los especuladores  con lo que los precios siguieron subiendo puesto que provocaban que hubiera escasez en el mercado. Con el objeto de facilitar las operaciones, se introdujeron las opciones, opciones que exigían un depósito marginal del 10 al 20 por ciento. Este fue el momento álgido de la burbuja y comenzó el interés de la gente no adinerada, gente que creía que en los tulipanes estaba el santo grial.

A continuación se produjo una internacionalización de los tulipanes. El capital extranjero empezó a acudir al mercado holandés, alentado por las fuertes revalorizaciones que se producían día a día. Esta inversión del capital internacional originó que los precios se dispararan todavía más y a los tulipanes le siguieron los terrenos, casas y artículos de lujo…. Aparecieron incluso nuevos ricos con el tema, nuevos ricos a causa de los beneficios de las vulvas de tulipán, los cuales volvían a invertir en lo mismo.

En septiembre y octubre de ese mismo año, comenzaron las dudas y estalló la burbuja. Vino el pánico… Aquí la psicología de masas…

Vino la sorpresa… Muchos de los nuevos ricos sucumbieron ante las manos fuertes… Poseían grandes fortunas compuestas por bulbos y opciones de tulipanes que nadie quería. Estaban llenos de préstamos que no podían pagar. La economía holandesa cayó en una gran depresión… Tardó muchos años en recuperarse.

Como vemos, son muchos los factores que intervienen en el mercado financiero… Afán de poder, euforia, pánico, manipulación especulativa, etc. Es imposible controlarlos todos. Tengámoslo en cuenta. Lo peor de una posición financiera es que se pueda basar en creernos que se puede controlar todo o que existen analistas o estudios exactos e infalibles. Digamos en rigor, que siempre se va por detrás del mercado. 

J.C. P.

INUPSI