VIOLENCIA DE GÉNERO
El hombre (el portador de un carácter masculino) por lógica fálica, expresará sus deseos asesinos de manera directa. Esto es, ejerciendo un poderío muscular fálico, en forma violenta. Son crímenes visibles y aparatosos. La destructividad en el hombre y la mujer (de carácter masculino) sean estos homosexuales o heterosexuales, encuentra su expresión en la capacidad muscular sádica…
En la mujer, al saberse no-toda dentro de la lógica fálica, desarrolla un resentimiento, que conduce a la específica capacidad de maldad oculta que tienen las mujeres (de carácter femenino). Sus deseos asesinos encontrarán una vía de expresión a través de métodos ocultos y secretos. La salida del carácter femenino (en un hombre o en una mujer) es indirecta, utilizando los recursos de planes, estrategias y cómplices. Son crímenes menos visibles. La mujer y el hombre de carácter femenino buscan el desquite y la venganza.
Ahora bien, en el seno de la configuración masculina, se puede encontrar una mentira, se trata de lo que desde el psicoanálisis se llama la renegación. Se trata de la renegación de la falta en la mujer, se trata de exigir amor infinito, comparable al que se podía exigir a la madre omnipotente de la castración, de la ilusión de que la madre tiene pene… En realidad, gracias a la renegación, se pone en la mujer lo que el hombre no tiene.
A los efectos de Ley, se entiende por violencia de género toda conducta activa u omisiva de violencia o agresión, basada en la pertenencia de la víctima al sexo femenino, así como la amenaza de tales actos, la coacción o privación ilegítima de libertad y la intimidación, que tenga como resultado posible o real un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto si ocurre en público como en la vida familiar o privada.
En todas las culturas, épocas y países, la mujer ha sido maltratada, subyugada, en mayor o menor medida, siendo en las últimas décadas cuando se ha comenzado a considerar un problema grave, con una importante repercusión en la Sociedad, y por tanto necesario de legislar.
Como ya hemos visto, desde el origen de la humanidad ha habido una dominancia del hombre sobre la mujer (el hombre traía la comida, iba a la guerra, tenía acceso al saber, al poder, a las armas y la mujer quedaba relegada a los cuidados de la familia y el hogar en lo que podemos llamar una “servidumbre real”. Atrapada entre la naturaleza, que le da la capacidad de procrear, y la cultura que se desarrollaba frente a ella, se ve obligada a la renuncia y al sacrificio de sus deseos. Esta “ética de los cuidados” será trasmitida como ideales femeninos de madres a hijas, con todo el peso que suponen los ideales, y habrán de pasar siglos, hasta las sufragistas inglesas, para que tenga voz y voto y forme parte del intercambio y la plusvalía del progreso, aun así siguen siendo víctimas, objeto, de maltrato. En un informe reciente de Amnistía Internacional sobre “la violencia sobre las mujeres en los conflictos armados” se señala que esta se comete no solo durante y después del conflicto sino antes, señalando algunos autores que un nivel creciente de violencia contra las mujeres podría servir de alerta de un posible conflicto.
La emancipación de la mujer y su entrada en el mercado laboral tras la revolución industrial ha movido los cimientos de la sociedad occidental cuestionando la dominancia masculina. Pero todavía estamos en medio del camino… Los valores socioculturales son importantes a la hora de definir lo que se conoce como “violencia estructural” de una cultura. En la definición de violencia de género, El rasgo fundamental es la necesidad de “control y poder” sobre la víctima. Esta violencia puede ser física, psicológica o sexual.
El maltrato psicológico se va instalando poco a poco, de forma insidiosa y consiste en ir anulando la subjetividad de la víctima mediante insultos, descalificaciones, humillaciones reiteradas, desvalorizaciones permanentes y una culpabilización sistemática (tú no vales, tú no sirves, si me hicieras caso, estás loca, como te vistes así……,). Todo esto con el objetivo de producir el aislamiento tanto afectivo, económico, como social. Hay un efecto inmediato de indefensión pero también de dependencia, que deja a la mujer a expensas del hombre.
Es necesario decir BASTA
Me he visto sin darme cuenta en una situación de maltrato por parte de mi ex marido. Siempre había querido creer a mi ex, le he intentando servir tanto sexualmente como en todos los caprichos que ha tenido, he dejado a mis amigas, apenas veía a mi familia. No conseguí nada. Me costó darme cuenta que el problema si era mío era por aguantar. Yo no podía ser su madre ni quería. Ahora me liberé y aunque el recuerdo de al relación me martiriza de vez en cuando, en general puedo decir que estoy más feliz y que disfruto nuevamente de mi familia y de nuevas amistades. He vuelto a la vida. Animo a todas las mujeres que pudieran estar en la misma situación, que no se queden inhibidas, que asuman que es imposible. Se puede volver a nacer a la vida. Saludos