La educación liberadora de Paulo Freire
Freire tiene indudablemente influencias desde diversos pensamientos: Hegel, Marx, el existencialismo, el estructuralismo lingüístico, el pensamiento revolucionario y el psicoanálisis.
La convergencia entre la propuesta de Paulo Freire y el psicoanálisis se da en muchos aspectos. Su propuesta de dar primacía al diálogo es esencial en la propuesta psicoanalítica.
Podríamos decir que el psicoanálisis consiste en un encuentro entre personas que se proponen un diálogo, una conversación especial donde se busca el deseo, donde se busca la palabra verdadera que construya la realidad, al igual que Freire busca la construcción de la realidad social. Así, el psicoanálisis es una educación libertaria en la medida en la que su práctica se propone superar la acción repetitiva y enajenada para alcanzar la relación y la vivencia que acompaña una acción creativa.
Freire caracteriza dos tipos de educación. Dos concepciones que permiten al educador una reflexión crítica y una toma de posición frente al sistema educativo y frente a su papel como profesional de la educación.
La Educación bancaria
En su libro “Pedagogía del Oprimido”, Paulo Freire crítica el espíritu de la concepción “bancaria”, para la cual la educación es el acto de depositar, de transferir, de trasmitir valores y conocimientos. Al reflejar la sociedad opresora, siendo una dimensión de la “cultura del silencio”, la “educación bancaria” mantiene y estimula la dicotomía educador-educandos, entre el que sabe y el que no sabe, entre quien narra o transmite un saber y quien lo memoriza, entre quien ostenta el poder, la autoridad y quien se somete a ella.
En la “Educación Bancaria” todo gira alrededor del maestro, él es el protagonista principal. La educación es eminentemente vertical, el educador impone las reglas estableciendo una relación de opresor-oprimido en la realidad social, el educando se adapta al orden establecido, se da como una invasión cultural ya que es el educador quien sabe y escoge los contenidos a tratar.
La Educación Liberadora
Frente a la “Educación Bancaria”, cuyo propósito es la domesticación social, Paulo Freire propone la “Educación Liberadora” la misma que debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando, sujetos que intercomunicados, juntos aprenden, juntos buscan y construyen el conocimiento en la medida en que sientan que tienen un compromiso para hacerlo, la libertad y la capacidad de crítica.
Se trata de una educación que siendo no-autoritaria es directiva, como lo expresa Freire, y en donde “el maestro es al mismo tiempo estudiante, el estudiante es simultáneamente maestro; la naturaleza de sus conocimientos es lo que difiere. Sin embargo, la educación involucra el acto de conocer y no la mera transmisión de datos. De esta manera maestros y estudiantes comparten un mismo status, construido conjuntamente en un diálogo pedagógico que se caracteriza por la horizontalidad de sus relaciones”
Esta “Educación Liberadora” o “Educación Problematizadora”, como también la denomina Paulo Freire, se identifica con lo propio de la conciencia y tiene como objetivo fundamental la organización reflexiva del conocimiento, el desarrollo de un acto cognoscente en la afirmación de la dialogicidad y, de esta manera, el educador no es sólo el que educa sino que a la par que educa es educado en el diálogo con el educando.
La “Educación Liberadora” en contraposición a la “Educación Bancaria” se sustenta en que desmitifica la realidad (considerándola como tal sin ocultar aspectos de la misma), promueve el diálogo, a través de la palabra, como lo fundamental para realizar el acto cognoscente, despierta la creatividad y la crítica reflexiva en el educando, refuerza el carácter histórico del hombre, promueve el cambio y la lucha por la emancipación, fortalece el humanismo y la capacidad para dar respuesta a los desafíos de la realidad.
Este tipo de Educación, surge, entonces, sobre todo en estos tiempos de conflictos, incertidumbres y globalización, como una alternativa, quizá utópica si no hay un cambio de actitud mental en los docentes, para la transformación e innovación del proceso educativo en la búsqueda de la “formación integral” del sujeto.
J.P.
INUPSI