EL AMOR ES DAR TU NADA
Decía Lacan que amar es dar lo que no se tiene… y aunque él no lo dijera directamente, se ha interpretado que se da lo que no se tiene a quién no es. Podemos interpretar entonces que el amor es una ficción, pero una bonita ficción dónde en realidad se sabe de esa imposiblidad… Y, sin embargo se insiste… El amor suple, el imposible acoplamiento sin fisuras entre los sujetos e ilusiona con la fantasía de que la fusión narcisista es posible, existiendo la armonía y la adecuación sexual.
Durante la pasión amorosa, cada cual cree en la completud recíproca, y se sostiene con certeza la posibilidad del modelo idealizante que remeda la simbiosis originaria con la Madre-Toda, justo más allá de toda diferencia sexual. Por tanto, cada cual de la parte amorosa puede suponer que su mitad perdida es recuperable, restituyéndose de este modo la figura de un ser bisexual – que, por supuesto lo tiene todo: ambos sexos -.
Aunque las palabras de Lacan parecen complicadas, las podemos traducir de una manera sencilla. Se trata de la media naranja, de la creencia en que la media naranja, la completud existe…
En el amor se busca entregar pasionalmente aun lo que no se tiene en tanto se aspira a la entrega de todo el ser, tal como podemos observarlo en el suicidio por causa amorosa: se fusiona en el acto final, de forma eterna, con el objeto de amor.
Por el contrario, dar lo que se tiene configura el modo reparatorio de la caridad, que exculpa del egoísmo. Por eso, el amor cuestiona toda suposición de entrega o apropiación objetal. Muchas veces, el ser humano ofrece todo lo que tiene, atiborra con lo que tiene, justamente para no dar lo que no tiene. En lugar de dar la falta, de ofrendar su castración, da el falo más denigrado bajo la forma de los bienes, de aquello que está en el mercado de consumo.
B. C.
INUPSI