LA RELIGIÓN Y LA ILUSIÓN

Sin discusión, podemos afirmar que Freud critica la religión y los valores que transmite. Para Freud, la religión sirve para consolar. Esto es, pretende ofrecer una compensación a los sacrificios impuestos por la civilización. Las ideas religiosas han resultado de la misma necesidad que los otros aspectos de la civilización: de la necesidad de defenderse contra la naturaleza, por una parte, y de corregir las imperfecciones de la propia civilización, por la otra. La satisfacción que aportan es esencialmente de índole narcisista, la religión restaura el sentimiento de dignidad del hombre, estropeado por la conciencia de su impotencia frente a la naturaleza y su destino.

Pero, más allá de los consuelos que aporta, la función social básica de la religión consiste en justificar con su origen divino la coerción y los refrenamientos instintivos, y en asegurar de este modo la sumisión a un orden social.

Ahora bien, las creencias religiosas corresponden a lo que Freud llama la ilusión, a una idea derivada de un deseo y destinada a satisfacerlo de manera fantasmática. Las ideas religiosas apuntan a restaurar el narcisismo infantil.

Ante esto, Freud se pregunta: “¿No sería útil confesar honestamente el origen puramente humano de todas las instituciones y prescripciones de la cultura?… “Al mismo tiempo que caería su pretensión a un origen sagrado, cesarían también la rigidez e inmutabilidad de estas leyes y disposiciones. Los hombres quedarían en condiciones de comprender que éstas se crearon mucho menos para dominarlos que en su propio interés, tendrían para con ellas una actitud más amistosa y, en lugar de aspirar a abolirlas, sólo procurarían mejorarlas. Se trataría de un importante progreso en el camino que conduce a los hombres a reconciliarse con la presión que sobre ellos ejerce la civilización.”

“Ya es hora de reemplazar (al igual que en tratamiento analítico de la neurosis) las consecuencias de la represión por los resultados del trabajo mental racional”

Freud concluye, por tanto, que la civilización se ha edificado sobre la represión, la renegación de la realidad y la ilusión consoladora. El exceso principal lo constituye la prohibición del libre ejercicio del pensamiento, que obstaculiza el advenimiento de la racionalidad. Freud ve a la religión como la gran responsable de la prohibición impuesta al pensamiento y, a modo de consecuencia, de lo que califica como debilidad mental del adulto medio. El mismo texto de porvenir de una ilusión, comenta:

“Piense usted en el lamentable contraste entre la radiante inteligencia de un niño sano y la debilidad mental de un ser adulto”

Se concluye que la represión y la ilusión, bases de la civilización, son al mismo tiempo el fundamento de la neurosis que afecta a la humanidad en su conjunto. Y así como la cura analítica apunta a reemplazar la represión por la condena por el juicio y la toma de conciencia, Freud sugiere que no es inconcebible que la civilización pueda cambiar las bases, fundarse de aquí en adelante en la razón, y orientarse a asegurar la primacía del intelecto rechazando la ilusión.

 

J.C.P.

INUPSI

Texto de referencia: Catherine Millot.: “Freud Antipedagogo”

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Maximino Sánchez

    que puede tener de malo el consuelo? si parchea el miedo
    podria ser que el ser humano este usando la religion cono un refuerzo positivo?
    y al pensar en alguna diferencia entre ese niño radiante en comparacion con el adulto pues quizas sea la demostracion de que los sesgos un un aprendizaje y no innatos .
    Hace falta un origen divino para continuar adelante? que le ocurre al ser humano , se encuentra solo ,reprimido, insatisfecho,encerrado,sin salida,
    pues que tipo de inteligencia demuestra cuando todas estas respuestas las viene a buscar en la religion.
    SOLO SE QUE NO SE NADA

    1. gilberto

      porque hace falta siendo que se admite que es una ilusión, una fabula en muchas religiones, absurda, la razón lo es todo, la religión refleja la debilidad humana, es hora de cambiar y entender eso.

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