maniLA CASTA Y LA IZQUIERDA

Partimos fundamentalmente de que la diferencia entre la naturaleza y la cultura es originada por el lenguaje. Es el lenguaje humano el que marca un orden simbólico que va más allá del orden natural… La diferencia entre naturaleza y cultura es radical… La naturaleza es perdida para siempre con el lenguaje. Ello creará una insistencia de malestar.

Es ello lo que marca la diferencia entre el instinto y la pulsión. La pulsión es algo que define al ser humano como particular y se opone al instinto natural. Pensemos en el instinto de supervivencia que puede llevar a comer en el mundo animal. En el ser humano, más que instinto lo que se da es una pulsión por ejemplo a devorar, que va más allá de la supervivencia. Pensemos en la patología: En la anorexia, el acto de comer no tiene nada que ver con la supervivencia, incluso se puede buscar la muerte. Pensemos en los actos simbólicos como un banquete de bodas… El comer tiene más que ver con cierto tejido social…

Esto apunta a la importancia de tener un orden simbólico, un lenguaje que defina la realidad. El lenguaje es importante para leer y transformar la realidad. Significantes como casta o izquierda son palabras de actualidad que intentan definir el transcurrir del vínculo social hoy en día.

En todo caso, la cultura es producto de un trauma (el de la instauración del lenguaje y la sustitución del orden natural por el simbólico) y moviliza un malestar que tiene que ver con la domeñación de los instintos y con la imposibilidad de acceder a lo real. Es por ello que insistirá ese real y viviremos en un malestar que no puede ser erradicado…

El ser humano desde que nace tiene que atravesar un proceso de renuncia pulsional y de canalización de la agresividad, tiene que aprender a relacionarse con el otro, renunciando a su narcisismo. Todo esto está en la fuente del malestar.

En este momento histórico además el precepto está en el goce inmediato, en la ley del consumo. Hay una cierta exhortación al goce y a la felicidad. El que no consigue ser feliz es que es un inadaptado. Se trata además de consumir sea lo que sea: videoconsolas, pastillas, tranquilizantes, ropas, series y un sinfín de artículos puestos a nuestra disposición.

Además vivimos una exacerbación del individualismo y no se escucha al otro. Ello es producto del decaimiento de la figura de autoridad, del respeto a las normas, etc… Desde el psicoanálisis hablamos de un decaimiento de la función paterna.

Gustavo Dessals habla incluso de que el síntoma de este siglo tiene que ver con el autismo y la promoción exacerbada del individualismo que se apoya en el derecho a gozar. Se atreve a decir que existe una modalidad novedosa del síntoma psíquico cuya estructura no responde a la definición tradicional del síntoma como metáfora, expresión simbólica del inconsciente, sino que consiste fundamentalmente en una concentración de goce. Su única verdad es su efectuación en sí misma, es decir, son síntomas cuyo sentido no es otro que el goce que comportan.

El derecho al goce, máxima de la modernidad, es la cara visible de un imperativo que impulsa a franquear toda barrera que se interponga al goce. Es el tormento de la felicidad que se ha vuelto obligatoria, en lugar de deseable.

UNA PERVERSIÓN Y UN NUEVO PARADIGMA

Este es el panorama de las sociedades occidentales y de las democracias europeas. Es en este contexto donde podemos enmarcar nuestra joven democracia española…

Una democracia que se alumbró rápidamente sin cambiar determinadas estructuras del régimen anterior. Estructuras mantenidas por castas franquistas. Pero he aquí que el contexto actual y la cierta exhortación al goce y el no respeto a las normas (y, por tanto, sin ética) causaron una nueva casta mezcla del funcionamiento anterior y de la nueva situación.

Esta nueva casta ha desarrollado un cierto doble discurso, donde la apariencia es plenamente ética y basada en valores, ideales y deberes, aunque la realidad es totalmente distinta. Nos han vendido siempre que era necesario hacer determinadas cosas, que se justificaban determinadas cosas para salir de determinados baches ideológicos o políticos.

En este periodo de crisis nos han llevado a incidir en una política de clases donde sólo se pueden enriquecer los que poseen el dinero y el poder suficiente y siempre a costa de las clases más bajas. Se han salvado bancos cuando han sido ellos quienes nos han robado de una forma u otra. Por el otro lado: recorte de salarios, de contratos, contratos precarios, recortes en sanidad, recortes en educación, desahucios, etc…

Este es un mecanismo perverso pues es no querer ver una parte de la realidad. Es fomentar un todo vale cuya última expresión se manifiesta en la corrupción y las puertas giratorias.

¿Cuántos imputados hay del PP? He perdido la cuenta y la actuación es todavía la de que no pasa nada. Es no querer ver la realidad… Pero si miramos al PSOE es también vergonzante, en menor escala, esos es cierto y además está intentado un movimiento de renovación, pero no sabemos todavía hasta qué punto se pueden salvar de la corrupción, que fue instaurada también en el mandato de Felipe González, un presidente que ha perdido la credibilidad que le quedaba con su aburrido paso por la puerta giratoria…

Esto es la casta. El decirlo instaura un nuevo paradigma que nos ayuda a ordenar la realidad…

Consideramos que la utilización de la palabra casta introduce un nuevo paradigma para analizar la realidad española y también, por qué no, la europea. En España, tiene un origen claro en la transición donde no se elaboró suficientemente el paso, no se hizo el suficiente duelo por lo que la repetición de los mismos esquemas de poder y de corrupción siguieron vigentes. Por mucho que se defiendan desde el PSOE o el PP, se estableció un sistema bipartidista donde se trataba y se legitimaba la corrupción. Era lo lógico y además ese es el mensaje que llegaba a todo el mundo y en el cual todo el mundo estaba establecido. La perversión consistía en que era normal tener una serie de privilegios y prebendas. Me recuerda a esos comentarios que he escuchado en los bares donde se dice que mejor que gobierne la derecha puesto que ellos saben cómo manejarse con el poder económico y ellos son los que pueden dar trabajo, que es normal que se lleven algo, son como son, pero es lo mejor. Lo que esconde el discurso es que si yo estoy allí hago lo mismo…

Lo importante es el goce, es posible aunque sea a costa de otros, pero eso no se piensa… Es la banalidad del mal que decía Anna Haren… Es la dirección actual, no hay sujetos responsables. Hay exhortación al goce y eso todo lo justifica.

El paradigma de introducir la palabra casta con sus antecedentes, permite ver la patraña en la que se ha convertido la democracia española intentando acercarse a la patraña de la democracia de la Unión Europea…

LO SINIESTRO Y LA IZQUIERDA

Por otro lado, tenemos a la izquierda y la derecha…

Desde la formación Podemos se está poniendo en jaque esta división tradicional entre izquierda y derecha. Dado que las palabras son las que nos ayudan a dirigir la acción, consideramos necesario posicionarnos en una afirmación de que estos parámetros de izquierda y derecha en la política nos ayudan a estructurar mejor la realidad.

Izquierdo y siniestro: un origen común

En principio siniestro se refería a la izquierda espacialmente hablando, es decir, era el lado izquierdo en latín (sinister) cuyo opuesto era el derecho (dexter). Según las teorías etimológicas, con el tiempo el significado de esta palabra se fue ampliando y tomando una connotación diferente.

Según el Diccionario del origen de las palabras, de Alberto Buitrago y Agustín Torijano, “en los augurios y pronósticos que hacían los antiguos adivinos el hecho de que las aves aparecieran por el lado izquierdo, era una señal clara de malos presagios, (mientras que) si llegaban por el lado derecho, anunciaban tiempos de bonanzas. De ahí que nuestra cultura y en prácticamente todas las culturas mediterráneas lo izquierdo siempre sea lo negativo, lo siniestro”.

De esta manera se fue transformando el significado de la palabra sinister de izquierdo a “avieso y malintencionado. Infeliz, funesto o aciago” (Real Academia Española) tal y como se conoce hoy en día

De siniestro a izquierda

Cuando el latín fue derivando al castellano conservó el uso de siniestro para señalar el lado izquierdo. Sin embargo, según los autores del Diccionario del origen de las palabras, no duró mucho tiempo ya que al entrar el idioma en contacto con el euskera por el norte de la Península Ibérica, a partir del siglo XV aproximadamente, tomó prestado un vocablo de este idioma prerrománico, eskerra, que viene a significar izquierda.

De esta manera se separaban las acepciones que antes estaban unidas en una sola palabra: lo malintencionado y lo funesto en castellano ser refirió desde entonces como siniestro, y lo contrario de derecha pasó a nombrarse como izquierda.

Como señalan Buitrago y Torijano, “al haber estado en el idioma la palabra ya cargada de las connotaciones negativas que tenía en latín, los hablantes sintieron necesidad de recurrir a otra palabra para designar sólo la idea geográfica, espacial, de la izquierda, sin los tabúes que representaba la voz siniestro”.

Debido a toda esta historia es que a veces no se comprende la expresión “a diestro y siniestro” que no es más que “a derecha e izquierda”, y que significa “sin tino, sin orden, sin discreción ni miramientos” según la Real Academia Española.

En todo caso, la relación con lo siniestro se pone en juego… ¿Qué es lo siniestro?

Lo siniestro

Para Lacan, la angustia se constituye cuando algo, no importa qué, viene a aparecer en el lugar que ocupa el objeto causa del deseo. La angustia siempre es suscitada por este objeto que es el que dice yo en el inconsciente y que intenta expresarse a través de una necesidad, de una demanda o de un deseo.

Para que un sujeto sea deseante, dice Lacan, es necesario que el objeto causa de su deseo esté constituido en la falta… Cuando ese objeto no falta, es cuando aparece la angustia, la inquietante extrañeza (UNHEIMLICH)…

Efectivamente, con la angustia estamos de lleno metidos en el campo de lo siniestro, sin embargo la ansiedad no remite a lo siniestro en tanto que no hay una resonancia histórica en el sujeto, no hay referencia a lo familiar…. Freud nos aclara que lo siniestro tiene que ver con lo familiar extraño, extrañeza que surge de lo familiar reprimido. Existe una operación de represión y por ello nos remite a una formación del inconsciente.

Esta disquisición nos sitúa bastante lejos de lo que es la ansiedad y los componentes biológicos que la definen…

En lo extraño inquietante, el juego dialéctico de lo familiar y de lo extraño, por el hecho de que está concentrado en el mismo objeto (familiar y extraño a la vez, escondido y desocultado), se complica. Lo paradójico consiste en que la fuente de pavor no es lo extraño en su oposición inmediata a lo familiar, sino que lo que antes era familiar, emerge bajo un aspecto amenazante, peligroso, siniestro y que a su vez refiere algo conocido desde siempre que ha estado oculto, en la sombra.

Desde un punto de vista político la izquierda es inquietante y siniestra ya que proclama “Todo lo familiar que debería permanecer secreto, pero que se manifiesta”. La izquierda inquieta en la medida que denuncia que todo es familiar, que detrás de las apariencias se esconde lo ya conocido, unos privilegios de clase que no se quieren abandonar

 La izquierda es subversiva ya que pone en duda el orden establecido, el orden simbólico establecido. La izquierda es inquietante en la media que denuncia lo que no va, algo familiar pero velado…

 

J.C.P

www.inupsi.com

 

 

Esta entrada tiene un comentario

  1. Ramón C.

    Considero que el artículo es muy certero pero en todo caso hoy en día, ciertos conceptos, como el de izquierda y derecha, están muy asumidos por el sistema y nos pueden llegar a confundir. El concepto de transversalidad también nos ayuda y quizás mejor en el momento actual. El problema no es la izquierda o la derecha. El problema es el ciudadano, se posicione donde se posicione ideológicamente. Es así como podemos crear un movimiento social más amplio.

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