La intervención del terapeuta es mucho más activa en la terapia de pareja y de familia que en psicoanálisis individual. Recordemos que este activo no quiere decir “directivo”; es más en el sentido de facilitar la información y la comunicación entre los integrantes de pareja o de la familia. En líneas generales, podemos considerar:

1- Fomentar la comunicación

2- Descripción

 La descripción sintética del material obtenido en la consulta permite la reorganización de los temas fundamentales, aparentemente caóticos, que expresan los consultantes en sus interacciones y que por lo general se presenta en forma repetida, a veces redundante.

Con la descripción se aclaran los aspectos manifiestos y repetitivos de la interacción de la pareja, lo ocurrido, no se busca todavía los motivos latentes.

Es necesario analizar con detenimiento el porqué del cambio de la situación de la pareja a partir de un momento determinado. Más allá de los motivos manifiestos expresados, se descubrirá en general otro u otros factores (motivos latentes) que dieron comienzo a una nueva situación.

3- Señalamiento

 El señalamiento muestra a la pareja algunos elementos de su conducta que ellos mismos no perciben en su totalidad o lo hacen de manera distorsionada. Pueden existir variaciones en cuanto a la consideración de un hecho concreto, o en opiniones diferentes de los integrantes sobre los hechos. Importa entonces llegar a la esencia misma del asunto, eliminando todo elemento jerárquico, de fuerza o de autoridad que pudiera ser utilizado por alguien en su propio beneficio. Por ejemplo, en algunos medios de la sociedad el hombre sigue todavía con costumbres anteriores, utilizando su esposa sin remuneración alguna como una administradora de su casa. El esposo no dice cuánto gana y no se da cuenta del grado de la sumisión que tiene que soportar su esposa, además de la falta de intimidad que genera esta actitud. Además se añade a esta sumisión, el no reconocimiento del trabajo de ama de casa ni de su cansancio físico al final de la jornada de trabajo. Esta actitud puede ser por ejemplo el motivo latente de la dificultad o rechazo sexual de la esposa.

Otros aspectos de la conducta de la interacción de la pareja que se pueden aclarar con señalamientos oportunos son las contradicciones de la comunicación en sus diferentes modalidades (verbal, paraverbal y no verbal) de un compañero. Para seguir con el mismo ejemplo, la esposa puede desviar la mirada cada vez que el esposo insinúa una relación sexual, sin rechazar abiertamente. Pueden existir otros actitudes más conscientes de la esposa que pueden disminuir a lo largo los deseos sexuales del esposo: esperar y traer a la “cama” los problemas del día o de días anteriores, o problemas eventuales del futuro; apariciones del cansancio no bien justificado o de dolor de cabeza justo antes de ir a la cama, etc.

Mediante los señalamientos los miembros de la pareja comprenden aquellos aspectos que han sido sistemáticamente inadvertidos por uno y por otro. Con el uso de este elemento, el terapeuta le plantea el problema a la pareja en una nueva forma, para que cambie la percepción sobre la propia experiencia. Con este trabajo preliminar se sientan las bases de la interpretación de esas conductas.

El señalamiento ha de ser claro y debe recaer sobre aspectos innegables del comportamiento de la pareja, porque lo que interesa no es todavía el significado de la conducta, sino su puesta en evidencia. Así se promueve el descubrimiento de los comportamientos que llevan a las dificultades del subsistema familiar. En consecuencia, hay que utilizar al máximo todos aquellos datos directamente observados, verbales o no, pero inadvertidos, en la interacción del “aquí y ahora” (en la consulta) entre los miembros de la pareja y el terapeuta.

4- Interpretación

El objetivo de la interpretación en la terapia de pareja o de familia es aclarar algunos aspectos de las situaciones de las interacciones entre los miembros de la pareja o de familia, y de ellos con el terapeuta. Para esto puede recurrirse a los hechos relatados por ellos mismos en el grupo, referidos a las costumbres o a las ideas de una u otra rama de origen de los cónyuges que seguramente se han trasladado a los hijos en el caso de la familia. También puede recurrirse al establecimiento de relaciones de los miembros de la pareja o de la familia con el terapeuta, es decir de las transferencias múltiples que ocurren dentro de la situación de la terapia.

Con bastante frecuencia se observa cómo los conflictos actuales son repeticiones de hechos ocurridos en el pasado, y comúnmente relacionados con otros que pueden calificarse como antecesores. Sin embargo, son también repeticiones, de una manera u otra, dentro de la relación de pareja, con una “complicidad” inconsciente del otro miembro. Se llega así en cierto grado a la historia individual de cada miembro de la pareja a partir de su constitución.

Otro objetivo de la interpretación es el poner de presente las posibles causas reales, más allá de las aparentes, que han determinado el establecimiento de una costumbre o su prolongación no funcional. Se puede explorar la educación sexual de los hijos, el autoritarismo del padre-esposo sobre la madre-esposa y los hijos, la “fusión” prolongada de la madre con los hijos excluyendo el padre por falta de comunicación de la pareja, el alejamiento exagerado del esposo de la casa por motivos aparentes del trabajo desenfrenado, que ya no es indispensable, puede ocultar dificultades no reconocidos de relación de pareja, etc.

En todo caso, la evolución de la pareja y sus reacciones nos van a guiar… Después de una intervención, veremos el modo de reacción global de la pareja y ello es lo que puede confirmar si dicha intervención ha sido efectiva y oportuna. También debemos considerar que cualquier tipo de intervención dirigida a la defensa puede provocar una reacción, aprobación, negación, reacción emocional, olvido o aporte de material asociativo. En el contexto de una terapia de pareja, esta reacción suscitada puede provenir de uno u otro miembro de la pareja.

Deja una respuesta